
Intensidad. Pasión. Guerra de nervios, de tácticas, partida de ajedrez en la carretera. Ciclismo puro y joven y , además, sin pinganillos.
El ciclismo joven que yo entiendo es una mezcla de pura tradición desprovista de viejos ropajes malolientes , y modernidad limpia, inmaculada, llena de ideales que condensan esfuerzo, sacrificio, entrega y pureza.
Estos son algunos de mis jóvenes ciclistas. Educados en un nuevo, pero para mi conocido discurso, de entrega, higiene deportiva, filosofía vital que siempre ha marcado y marcará a mis aspirantes a héroes de la ruta.Son jóvenes, muy jóvenes, y casi lo mejor de su generación. En unos años, algunos serán la imagen del ciclismo , tal vez en la TV y en las más conocidas y míticas rutas de este noble deporte.
La Vuelta a Madrid elite y sub-23 ya concluyó con un extraordinario quinto puesto del Jesús del Pino a solo 39''. Daniel Plaza , uno de los escaladores más prometedores del pelotón español fue 11º a 1'25'', ellos son punta de lanza de un gran grupo humano.

Las bicis del Sanse ya descansan, pero solo unas pocas horas. El entrenamiento cotidiano aguarda.
Conviene subrayar que correr, al menos para mi, no es algo tan solo mecánico, una mera actividad física, y la "manera" ortodoxa de correr ó de interpretar la carrera debería ser elevada a la categoría de arte ó institución.
Todo grupo que se precie , entrena la carrera siguiendo la influencia del entrenador.En este caso, mi grupo gusta de ejercitarse pisando hojas de pinos, sobre todo cuando los días son largos y la luz permite, tanto al semiprofesional, como al corredor social, entrenarse a ultima hora de la tarde.
Martes y jueves, a partir de las 19.00 horas. Ese es el reclamo en la hoja de entrenamiento para acercarse en nuestra Talavera hasta la Dehesa de Valdellozo para pisar hojas de pinos; hasta allí suelo llegar ligero de equipaje, desde mi casa, a un escaso km. de los circuitos: un sombrero australiano como dicen mis pupilos, unos chinos, la bici y la mochila son mis escasas pertenencias hasta el punto de encuentro.
Pueden ser cuestas, intervalos o simplemente cambios de ritmo. Los circuitos son casi inacabables, siempre bien señalizados y variando en las semanas. Reconozco mi debilidad: una concepción idealista del entrenamiento natural; pero no por ello fe ciega en una sola dirección del trabajo. Los procedimientos estructurados, la planificación, no está reñida con ciertos conceptos primitivos y así enterramos de un plumazo la imagen de "entrenador brujo" sustituyéndola por la de "entrenador pedagogo", sin renunciar a la acción, infaliblemente beneficiosa, de la naturaleza.
Solo se que esos momentos, que ya viven para siempre en mi , me proporcionaban la paz y también la convicción de vivir despacio , sin apremios ni servidumbres.