Salvaje

No se me ocurre otro calificativo.

Esta prueba , (www.jabaliman.com), me ha enamorado, como lo hizo el Titán Sierra de Cádiz, prueba en la que en este 2007 no podré participar, ya que me encontraré viajando rumbo a Hawaii.

La vieja Castilla y sus campos recónditos , desconocidos, nos acogían el sábado en plena ola de calor, poniendo a prueba nuestra resistencia en el I Triatlon Extremo Jabalí Man de Milagros, (Burgos); para más dureza, la salida se retrasó hasta las once y media de la mañana, una hora a la que ya daba miedo ponerse a pleno sol...¿de quién fue la idea? pues de un loco muy simpático, lleno de humanidad y entusiasmo, Diego Velázquez, que repetía a los que le preguntaban que lo de la hora era para dar más dureza a la prueba, que esto era el Jabali Man y no el Nenaza Man, y otras lindezas por el estilo...

El viernes por la tarde, nada más llegar a Milagros, viajamos Sara y yo por la ruta ciclista junto a Esteban Monje en mi Megane y nos quedamos con un cierto susto en el cuerpo al ver las duras rampas por caminos discretamente asfaltados, que en algunas zonas eran de meter primera en el coche. Joder. Vamos que algunos dormimos mal. Esteban en su saco en el parque junto al río creo que no, pero al día siguiente tuvo la mala suerte de quedarse tirado en la ruta, victima del asfalto traicionero que rajó una de sus cubiertas.

Diego, un verdadero crack, redondeó las distancias inicialmente previstas como el dice para seguir la dinámica del redondeo instaurado por el euro, así que 115 de bici y nada de 26, sino 30 corriendo.

Así que a nadar 3.000 metros, (embalse de Maderuelo, en Segovia), pedalear 115 kms. y correr 30 kms. con 35º a la sombra. Para mi, tan duro como un Ironman. Salvaje.

La natación fue una gozada, un aperitivo perfecto. La bici , un recorrido rudo, bajo un sol de justicia y sin una sombra, a veces por carreteras descarnadas, atormentadas por el frío invernal y el calor extremo de la meseta en los veranos; la carrera, un epílogo heróico en el que luchar frente al agotamiento, las cuestas polvorientas y el peligro de la deshidratación.

Un diez para voluntarios, médicos, avituallamientos. Organización perfecta. Y el público en los pueblos , volcado... hasta la hora de la siesta, sagrada en los veranos de Castilla. A partir de las tres de la tarde parecía que solo la vida pertenecía a los esforzados triatletas en los solitarios campos.

Muchas retiradas y accidentes como el de Jon Arnedo, (que con fractura de la escápula se pierde Embrun y y el ExtremeMan, en Hungría , y al que desde aquí envío un fuerte abrazo), no empañan del todo la gran prueba que vivimos, intensa , y que tuvo sobre todo a Ibán Rodríguez y Sara Fernández, (en la foto junto al 2º y 3º clasificados masculinos), como grandes protagonistas para público y triatletas concentrados este sábado de julio en Milagros.

Mi puesto en la general masculina fue el 12º.

Larga vida al Jabalí Man, una oferta más para los que viven el triatlon como competición y aventura al tiempo.