miércoles, 6 de febrero de 2008

Estimulo y reposo

Ahora que estamos en el umbral de una nueva temporada, todos tratamos de organizar nuestros entrenamientos y competiciones en función de un gran número de variables. Se trata de competir en todo aquello que nos interesa ó gusta, tratando de conciliar esto con un entrenamiento organizado, coherente y rentable, intentando conseguir que el grado de asimilación de la carga nos posibilite mejorar.


Hay un peligro claro, del que siempre trato de alertar a quien me escucha: el anhelo de la perfección puede generar la sensación de ser tan fuerte que nada puede con nosotros, nada puede derribarnos. La manzana de la tentación de llegar en poco tiempo a ser todo lo que uno, (en una vida) , puede llegar a ser , puede ser irresistible y nuestra tumba deportiva, ¿quién no conoce el caso de más de un deportista que , tentado por el éxito, su arrogancia, y la sensación placentera de mejora constante se quedó un día por el camino, y nunca más se levantó?

El agotamiento físico y psíquico, más otros problemas derivados del sobreentrenamiento como las lesiones, son la causa más frecuente del abandono del deporte. Siempre he defendido la idea de que la práctica deportiva lo es para toda la vida y que, pese a que la necesidad de cumplir retos y sueños nos obliga a planificar nuestros entrenamientos, es necesario el control y la gestión coherentes de la carga de trabajo.



La ley del Sindrome General de Adaptación, debida al fisiólogo canadiense Hans Selye nos habla de ello de forma sencilla. Un ser humano sometido a una carga de entrenamiento responde a ella en tres fases.: 1ª la experimentación de una carga, cuando aplicamos la sesión ó sesiones; esto es una dificultad añadida para nuestro organismo; 2ª el organismo se adapta y asimila la carga; 3ª si la carga o repetición de cargas es excesiva, el organismo se desadapta y llegamos al agotamiento ó sobreentrenamiento.


Los deportistas de semielite ó elite permantemente bordean este nivel, y necesitan de la observación, control y coherencia, (propios ó con la ayuda de un entrenador), para que el entrenamiento no tenga un efecto contrario al deseado.


Hay distintas maneras de controlar la bondad de una carga de entrenamiento dada, ya sean de tipo clinico, científico, empírico... yo os hago una propuesta desde aquí, para que, de forma sencilla, podáis controlar y sacar conclusiones respecto a la carga a la que sometéis a vuestros organismos. Yo la emplee durante años.


Al despertar por la mañana, quedaros echados tranquilamente en la cama durante cinco minutos y luego tómar el pulso. Levantaros, ir a la báscula del baño y pésaros . Registrar pulso y peso. Después de entrenar, volver a pesaros, dúcha , (y estiramientos) y luego si se puede reposar durante quince minutos, tumbado, (sin dormir), y volver a tomar el pulso. Registrar de nuevo el pulso y el peso. Si tu pulso por la mañana es más elevado que el de la mañana anterior, tal vez no has recuperado del todo. Si has bajado bruscamente de peso, esto es también una señal de alarma; las pérdidas de peso deben ser muy progresivas.

Según vayas aproximándote a tu máximo nivel de forma, el pulso y peso después de entrenar deberán aproximarse cada vez más al pulso y peso de por la mañana.

Los datos que vayais almacenando y analizando durante meses y años os darán una información muy importante y sustancial acerca de la evolución del organismo , estado de forma y os ayudarán a conoceros.




10 comentarios:

Ivan Diaz dijo...

El mayor problema de los triatletas no elite, es cuando quieres adaptar un entrenamiento LOGICO a la ILOGICA realidad de trabajo/familia.

A veces esto crea un estres de querer y no poder... que nos provoca el sobreentrenar y demás.

Yo reconozco, que mentalmente soy MUY debil, y soy de la clase de persona que si tengo un habito soy capaz de entrenar mas o menos duro, pero.. que a la minima que por enfermedad o viaje no puedo entrenar.. me cuesta horrores volver!! y por eso intento, siempre sobrecompensar... aunque se que fisicamente no sirve para nada (bueno), psicologicamente es lo que me ayuda a mantenerme en la fina linea del habito de entrenamiento...

Ishtar dijo...

¡Gracias por el consejo, P!!... aunque eso de tener que pesarse... casi prefiero no hacerlo ;-))

Besicos!

Clemente Alonso McKernan dijo...

Yo creo que ese limite que mencionas lo bordea más gente de lo que parece. Los que estamos sólo a entrenar, por burros y ansiosos (yo este año creo que me estoy moderando y las cosas iran bien, pero ha sido a base de estacazos) y los que curran, cosa de mérito extra, no sé si porque cuando entrenan se quieren olvidar del curro o qué, pero muchos no descansan teniendo TODO en cuenta, entreno y curro, y rinden menos de lo que debieran y andan cansados y a épocas, casi casi, asqueados.

Me parece cojonudo que despiertes la curiosidad en este tema para que prestemos todos atención y, ya no dejar de hacer el burro -que nos gusta-, sí al menos que no pasemos épocas desmotivados por no recuperar.

Salud

c dijo...

realmente interesante el tema. yo hace tiempo que registro mis datos de peso y pulsaciones al despertar, lo que desconocía es eso que comentas de que conforme tu nivel mejora, el p. y p. despues de entrenar deben acercarse cada vez más al p. y p. al despertarte.

Anónimo dijo...

Muy buén tema, maestro!. Creo que estos dias son buenos para dedicarlos a pensar un poco en como afrontar las competiciones que cada vez están más cerca y como todo en la vida no debemos perder la serenidad. Un abrazo, Luidgi.

Jetlag-Man dijo...

Desde que me han perdido una maleta, con la banda del pulsómetro dentro, tengo la impresión de tener el pulso disparado. De todas formas, qué difícil es levantarse con tranquilidad y quedarse cinco minutos en la cama para tomar el pulso ¡Con las prisas que tenemos siempre! Gracias por el consejo.

magopepo dijo...

Habrá que ponerle una pila nueva al pulsómetro.

Ilusionados saludos.

sermor dijo...

Imposible. :(

Hoy he desayunado el zumo, las rosquillas, platano y demás mientras conducía en el coche hacia el trabajo. Y eso para poder dormir 20 minutos más.

Anónimo dijo...

Hummm... estoy en la coyuntura de Sermor... Por otro lado, lo que a veces tengo que hacer, cuando me temo que me estoy obsesionando mucho con los entrenamientos, es decir "¿Seré capaz de no ponerme histérica tal día que tengo tal plan (familiar o laboral), incompatible con el entrenamiento?" Así que alguna vez me lo tengo que saltar casi aposta (vale, sí, jefe, esto es casi una confesión... :-D pero no he sido capaz nunca más de dos veces al mes).

Ame dijo...

ciao Pablo speriamo di rivederci anche quest'anno.
AME