Lanzarote, (I)

Menos de cuatro semanas. A estas alturas, el cuerpo de un triatleta debe ser espiritado, asténico. La mirada , a veces, un tanto perdida. Los dedos de las manos, como sarmientos. Como las vides de los campos castellanos, los triatletas habrán soportado el frío de enero, la niebla de febrero, el viento de marzo y la lluvia de abril. En mayo, comienza a atisbarse el sol.

Pero en el mayo de Lanzarote, una prueba aún más dura que el a veces desaprovechado invierno, aguarda a los triatletas: el insolente astro rey y a menudo un viento desconocido para los habitantes del Viejo Continente. Será la última prueba , y esta si es de fuego, para alcanzar una de las metas más preciadas del deporte mundial.

Algunos disfrutan de esa atmósfera desde hace meses y llevarán la lección superestudiada... En la imagen, Carmelo Ruiz y Alvaro Quintana después de achicharrarse dos horas a pie bajo el sol canario.

Línea de salida.

Con abril ya terminando, los triatletas despiertan del invierno, y las primeras competiciones están aquí, poniendo a prueba las horas y horas de trabajo de los deportistas .De mayo a octubre viviremos un sinnumero de pruebas, retos personales, la intensidad de las pruebas más cortas, la paciencia y resistencia de los triatletas en las pruebas largas.


Quiero destacar en este inicio de campaña los logros de algunos de mis triatletas en el Campeonato de España de Larga Distancia; Alvaro Velázquez, en un día bueno para él, fruto de su sacrificio y constancia, lograba el subcampeonato absoluto. Ahora toca recuperar, buscando el momento más dulce para su gran objetivo, que no es otro que el IM Lanzarote.

(Foto cortesía de Aitor R. de Zárate)

Juan Antonio Cendón, castellano recio conquistador de océanos, a sus 50 años llenos de viviencias, alcanzaba en la misma prueba de Elche el campeonato de España en la categoría veteranos II, con Niza en su horizonte como gran objetivo.En la foto,posa a la izquierda, junto a Dani Arazola, lesionado ahora y al que envío todas mis fuerzas y mejores deseos para que se recupere y pueda estar en la línea de salida del Ironman más duro, el 24 de mayo.

Y mi homenaje y reconocimiento para todos los que perseveran, con unos u otros objetivos, y aguardan su momento. Fuente Alamo espera para esta semana y luego tendremos las citas con los triatlones de la más larga de las distancias clásicos en nuestros calendarios, como son Ironcat y Lanzarote. Como muestra, una imagen de Sara Fernández sobre su bici, ella es

tará el próximo día 17 en L'Ampolla con el objetivo de terminar su primer Ironman, allí estaré yo también para luego contaroslo.

Stop and ... ¿go?

Uffff intento arrancar, pero no puedo... me cuesta. Mis números de entrenamiento en la semana que ayer terminaba son: 8000 de agua, 20' de bici de spinning, 42 kms. de bici en una sesión, 40' de elíptica, 32 kms. a pata en 3 sesiones.

Así las cosas, no tengo objetivos competitivos para este año, aunque seguro que me veréis en muchas pruebas , tanto desde fuera como posiblemente participando. Proximamente estaré como coach en el Ironcat y también en Lanzarote, por supuesto, trataré de vivir lo más intensamente posible estas citas, como si yo mismo estuviera en el ruedo, y posiblemente lo pase peor que compitiendo, pero es lo que hay...

De mis jornadas de entrenamiento, destacar la corta pero intensa sesión del martes pasado, a rueda de un tío acoplado en su cabra que me las hizo pasar un tanto canutas... la foto pertenece a esa sesión.

Naufrago

La foto es de un día de octubre, entonces pensaba que mi viaje estaba acabando y en realidad no hacía mas que comenzar.

En el mundo de hoy, vivimos rodeados de gentes, de cientos de cosas, y en realidad no nos damos cuenta de que casi siempre estamos solos.

En la Captain Cook Bay, a miles de kilómetros de casa , las horas pasaban muy despacio y pese a la soledad , poco más necesitaba ; para comer, unos cocos que Carmelo y yo recogimos y que fueron el más dulce manjar. Y para nuestro disfrute, nuestros pensamientos y una inmensa naturaleza con la que recrearnos.

Paradójico: vas a una isla lejana, con la idea de superar una dura prueba, casi de sobrevivir, y allí, prácticamente solo, apartado de tu modus vivendi, te sientes reconfortado. A menudo, como pasa en esas impersonales grandes ciudades, la soledad y la desorientación viene después.

No, amigos, no pasa nada. Estoy bien. Pero ya sabéis los que allí habéis estado .Volver es duro y no por la vuelta, ni por el viaje, ni por haber dejado nada allí... solo que la vida un año atrás tenía otra cadencia y solo es necesario encontrar un ritmo para la vida nueva.

Algunos muchachos.

Algunos muchachos, es el título de una de las lecturas preferidas de mi adolescencia; uno de esos cuentos de Ana Mª Matute, como La rama seca ó Bernardino que marcaron mis años de transición de los juegos, a la responsabilidad en la primera juventud.

Aquellos chicos de los cuentos de la escritora catalana eran jóvenes y niños... humildes ó ricos, despóticos y fuertes, dóciles ó mimados, nobles... como tantos y tantos. El escenario: el campo o la naturaleza, virgen o sofisticada, vista como descubrimiento por el chico de la ciudad. En estos tiempos, los chicos del triatlon, como los que disfrutan de cualquier actividad ligada a lo natural, descubren aquella misma naturaleza que los chicos de los cuentos de la Matute.

Si nos dejaran elegir una edad para quedarnos con ella, ¿cuál elegiríamos? Juego de imaginación, palabras al viento, porque preguntante y preguntado saben de antemano lo irrealizable del deseo.

Mis muchachos, que viven cotidianamente al sol, como aquellos Algunos, recordarán sus jornadas de adolescencia y juventud como aquellas que forjaron su vida removiendo su verdera esencia.