Mido 1,78 y ahora peso entre 65 y 66 kilos, y las gentes ajenas a mi vida y milagros me describen como cadavérico , flaco... vamos como si pasara hambre a diario. Los que me conocen saben que no :-)
Hace años mi aspecto alarmaba a mis tias y abuela paterna, (la materna solo me conoció de niño)... que me ofrecían comidas dobles y raciones extras, ante mi regocijo, para paliar mi supuesta deficiencia nutricional. Todo esto, ante mi complacencia y hasta júbilo.
Comía de todo. Fragué una dieta omnívora en mis años de atleta, y en los momentos más descollantes de mi trayectoria de corredor llegué a pesar 58 kgs. Entonces podía correr a 3'30'' el mil, kms y kms sin cansarme en exceso, y, además, comer como un verdadero cerdo.
La realidad es que hoy, casi llegando a los 50, peso 7-8 kilos más que entonces, y de ellos alrededor de tres son exclusivamente de grasa.Y no hay otra evidencia más descarnada: con los años, debemos comer menos, ya que nuestro metabolismo es más lento, pero enredados en un contexto social determinado, lo que hacemos es comer más.
El ser humano, a medida que envejece, necesita , paradójicamente, hacer más ejercicio, y no menos, (si bien un ejercicio distinto, con muchos matices...) Pero ejercitarnos menos es lo que hacemos; y así, nos rompemos la cabeza con las dietas, leemos, releemos, escuchamos, estudiamos, y no nos damos cuenta de que las dietas las necesitan los de vida muelle y fácil, pero es de todo punto de vista ridículo hablar de dieta en el contexto de una vida dura, difícil, cincelada de esfuerzos cotidianos.
Las personas que inventan las dietas que leemos en libros y revistas, y también los seguidores contumaces de la dieta panacea que finalmente hace aguas por algún lado, creen que el problema consiste en no comer grasas, en reducir los carbohidratos ... y casi todos se olvidan que el ser humano es el único animal que come cuando no tiene hambre, y que las dietas no funcionan a menos de que el hombre recupere algo de su animalidad, y que participe, ya sea de forma real ó simulada, en una lucha diaria por la supervivencia. Y de forma dura, no de manera meramente estética ó tibia.
Esto ocurre en algunas comunidades de Ecuador, Pakistan... allí la gente sigue trabajando duro, en condiciones extremas de altura ó climáticas,
hasta cumplir edades avanzadísimas, y sin superar las dos mil calorías diarias en sus dietas. Es el ejemplo de estas gentes el que debe movernos, y no la recomendación lánguida y poco sólida de algunos vendelibros.
Algunas recomendaciones para el fondista veterano
*Reducir progresiva y racionalmente la ingesta calórica.
*Equilibrio entre los principales nutrientes, lejos de las recomendaciones tradicionales , con un exceso evidente de glúcidos.
*Atención al consumo de minerales, necesarios y a veces suplementados: calcio, magnesio, potasio...
*Alimentación rica en verduras y frutas.
*Suficiente aporte hídrico.
Y recordad que , ante todo, la mejor droga y más poderosa para atletas jóvenes ó veteranos , (más aún estos), son los alimentos sanos y equilibrados.
martes, 26 de junio de 2012
domingo, 10 de junio de 2012
Soy Veterano, (II). Las sensaciones.
Llegados a este punto en nuestra vida... de qué estaremos hablando? de puestos? de podiums? de clasificaciones? bueno, eso puede estar bien. De hecho, es un buen estímulo. Pero todo eso debe venir dado por el estilo de nuestra vida deportiva, de lo que hayamos acumulado , ejercitado y desarrollado en nuestra trayectoria , y nunca debe ser el objetivo primordial. Es decir, no podemos ser competitivos con la misma filosofía de cuando teníamos 25 años; hacerlo, puede resultar incluso grotesco.
Nuestros logros del pasado no deben perseguirnos como fantasmas, pues no nos permitirían vernos como auténticos campeones de nuestra propia vida, y si los años de experiencia y trabajo desarrollados nos avalan, como MAESTROS, mostrando conocimientos y entregándolos a los demás, pero sin intentar competir con los más jóvenes y dotados atléticamente.
La libertad, la aceptación del ser más profundo y de la realidad vital, puede y debe hacernos mejores deportistas. Deberíamos abandonar ciertos lastres que nos pueden resultar demasiado pesados:
* Sufrir en exceso como principio de una "voluntad" mal entendida.
* Una estructura de entrenamiento demasiado exigente , que nos hace abonarnos a la rigidez física y psicológica: entrenamientos demasiado largos , sin regeneración entre sesiones.
* Ausencia de entrenamiento de fuerza, ó deficiencias en el planteamiento ó planificación.
*La Rigidez: si nos resignamos a entrenar cada día más tensionados y agarrotados, debemos saber que esto será el principio del fin. Solo si nos esforzamos en mantener la elasticidad de músculos y tendones, podremos mantenernos largos años entrenando. La flexibilidad y la elasticidad no se consiguen solo con técnicas concretas, (muchos pensarán en "estiramientos"), podemos ser elásticos corriendo, (correr descalzos por la hierba es una opción), ó trabajar la relajación y fluidez nadando.
La mecanización que nos ha impuesto la sociedad, y las inhibiciones que la vida nos crea, anulan las sensaciones. Deberíamos tratar de recuperar el caudal de vivencias positivas. Asimismo, sabemos que la limitación en cuanto a nuestra velocidad , ó a un ritmo muy exigente, depende del sistema nervioso, pero también conocemos las limitaciones que se van creando con los años a nivel musculo-tendinoso y son estas las que más afectan a un fondista. Entonces, un "autoconocimiento a través del movimiento", potenciando la sensaciones benéficas, (Moshé Feldenkrais)nos hará liberarnos de lo que termina con los seres vivos: la rigidez.
La rigidez de la que hablo y hablaré no solo viene expresada por la falta de elasticidad y la progresiva falta de flexibilidad; el gran problema y más importante, puesto que afecta al individuo desde el punto de vista biológico es la alimentación, de la que hablaré próximamente.
Nuestros logros del pasado no deben perseguirnos como fantasmas, pues no nos permitirían vernos como auténticos campeones de nuestra propia vida, y si los años de experiencia y trabajo desarrollados nos avalan, como MAESTROS, mostrando conocimientos y entregándolos a los demás, pero sin intentar competir con los más jóvenes y dotados atléticamente.
La libertad, la aceptación del ser más profundo y de la realidad vital, puede y debe hacernos mejores deportistas. Deberíamos abandonar ciertos lastres que nos pueden resultar demasiado pesados:
* Sufrir en exceso como principio de una "voluntad" mal entendida.
* Una estructura de entrenamiento demasiado exigente , que nos hace abonarnos a la rigidez física y psicológica: entrenamientos demasiado largos , sin regeneración entre sesiones.
* Ausencia de entrenamiento de fuerza, ó deficiencias en el planteamiento ó planificación.
*La Rigidez: si nos resignamos a entrenar cada día más tensionados y agarrotados, debemos saber que esto será el principio del fin. Solo si nos esforzamos en mantener la elasticidad de músculos y tendones, podremos mantenernos largos años entrenando. La flexibilidad y la elasticidad no se consiguen solo con técnicas concretas, (muchos pensarán en "estiramientos"), podemos ser elásticos corriendo, (correr descalzos por la hierba es una opción), ó trabajar la relajación y fluidez nadando.
La mecanización que nos ha impuesto la sociedad, y las inhibiciones que la vida nos crea, anulan las sensaciones. Deberíamos tratar de recuperar el caudal de vivencias positivas. Asimismo, sabemos que la limitación en cuanto a nuestra velocidad , ó a un ritmo muy exigente, depende del sistema nervioso, pero también conocemos las limitaciones que se van creando con los años a nivel musculo-tendinoso y son estas las que más afectan a un fondista. Entonces, un "autoconocimiento a través del movimiento", potenciando la sensaciones benéficas, (Moshé Feldenkrais)nos hará liberarnos de lo que termina con los seres vivos: la rigidez.
La rigidez de la que hablo y hablaré no solo viene expresada por la falta de elasticidad y la progresiva falta de flexibilidad; el gran problema y más importante, puesto que afecta al individuo desde el punto de vista biológico es la alimentación, de la que hablaré próximamente.
jueves, 7 de junio de 2012
Soy veterano, (I)
Para comenzar, he de confesar que tengo casi 49 años, y a lo largo de toda esta serie de entradas en mi blog, trataré de analizar todas la carencias y algunas virtudes que en este paso inexorable del tiempo, como triatleta, puedo mantener ó desarrollar.
En mi caso, llevo 30 años de entrenamientos continuados, excepto en aquellas etapas en las que las lesiones interrumpieron la actividad. Me consolaré pensando que si de joven tuve ritmo en la bici, ó zancada para correr, ó si tuve voluntad de hierro para entrenar, gran parte de esto, ó en algunos casos casi todo , lo podré mantener durante toda mi vida deportiva. Pero... la existencia nos enseña casi siempre otra realidad.
Y por supuesto, no es lo mismo ser un novato con 42 años, (empezar tarde), que un experimentado de 44 . Cada cual con sus particularidades y sus circunstancias podrá de una ú otra manera realizar un planteamiento de cómo afrontar su preparación y la competición de triatlon.
EL PASO DEL TIEMPO PENALIZA
En el caso de aquellos deportistas de largo recorrido , con más de 42- 44 años, sería ilógico actuar como cuando teníamos 25 ó 30 años. Tratar de realizar los volúmenes de entonces, la intensidad de aquellos trabajos programados para nuestro rendimiento en el apogeo de nuestra vida, (aunque ahora tengamos más tiempo), sería un suicidio.
El máximo rendimiento en un deportista de resistencia se alcanzaría entre los 30 y los 40 años , y los 40 ya como edad límite entre los más longevos deportivamente, y es a partir de aquí cuando se produce un descenso primero lento y más tarde, a partir de los 50 años, irreversible; la causa debe buscarse en las alteraciones estructurales y bioquímicas que provocan el envejecimiento de casi todos los tejidos. La recuperación de los esfuerzos es más lenta, disminuye la capacidad funcional de los órganos respiratorios y la función hormonal se enlentece.
Con 25 años, el agotamiento era una unión entre lo físico y lo psíquico, con el paso de los años el deportista adapta su organismo y su mente , (neuronas/endorfinas) al cansancio, y solamente la evidencia biológica de que las células envejecen más rapido, nos sitúa ante la realidad de que nuestra mente nos pide ir más deprisa, pero debemos conformarnos con hacerlo más despacio... y esto por qué? ya lo hemos esbozado: podríamos llegar a realizar mejores entrenamientos, (por las adaptaciones conseguidas a través de los años), si contáramos con las células adecuadas y una capacidad de recuperación más rápida,pero esto ya vemos que biológicamente no es posible.
COMO AFRONTAR EL DÍA A DIA.
No podemos luchar contra natura. Debemos aceptar esa estabilización del rendimiento y la recuperación primero, para luego adaptarse y buscar nuevas vías. Es indispensable procurar remedios complementarios que cifraría en cuatro grandes áreas: descanso- alimentación- nuevos estímulos- fisioterapia que propicien la prolongación de nuestra vida deportiva y detengan el deterioro físico en la medida de lo posible.
En próximos posts, trataré de desarrollar todo lo expuesto, cifrando nuestro trabajo en esas cuatro grandes áreas: alimentación correcta y benéfica, que nos haga rentabilizar al máximo el entrenamiento y la recuperación, limitar el volumen de entrenamiento potenciando el descanso y por tanto la recuperación, trabajar cuidadosamente la fuerza y la flexibilidad, mejorando nuestro trabajo en este campo respecto al pasado y cuidar el "chasis" con visitas frecuentes al masajista/fisioterapeuta.
El deporte , y más en concreto en nuestro caso el triatlon, no debe desaparecer de nuestro estilo de vida activa, que debiera ser para siempre; pero solo reciclándonos y adaptándonos a los tiempos que nos toque vivir conseguiremos convertirnos en deportistas perpétuos.
En mi caso, llevo 30 años de entrenamientos continuados, excepto en aquellas etapas en las que las lesiones interrumpieron la actividad. Me consolaré pensando que si de joven tuve ritmo en la bici, ó zancada para correr, ó si tuve voluntad de hierro para entrenar, gran parte de esto, ó en algunos casos casi todo , lo podré mantener durante toda mi vida deportiva. Pero... la existencia nos enseña casi siempre otra realidad.
Y por supuesto, no es lo mismo ser un novato con 42 años, (empezar tarde), que un experimentado de 44 . Cada cual con sus particularidades y sus circunstancias podrá de una ú otra manera realizar un planteamiento de cómo afrontar su preparación y la competición de triatlon.
EL PASO DEL TIEMPO PENALIZA
En el caso de aquellos deportistas de largo recorrido , con más de 42- 44 años, sería ilógico actuar como cuando teníamos 25 ó 30 años. Tratar de realizar los volúmenes de entonces, la intensidad de aquellos trabajos programados para nuestro rendimiento en el apogeo de nuestra vida, (aunque ahora tengamos más tiempo), sería un suicidio.
El máximo rendimiento en un deportista de resistencia se alcanzaría entre los 30 y los 40 años , y los 40 ya como edad límite entre los más longevos deportivamente, y es a partir de aquí cuando se produce un descenso primero lento y más tarde, a partir de los 50 años, irreversible; la causa debe buscarse en las alteraciones estructurales y bioquímicas que provocan el envejecimiento de casi todos los tejidos. La recuperación de los esfuerzos es más lenta, disminuye la capacidad funcional de los órganos respiratorios y la función hormonal se enlentece.
Con 25 años, el agotamiento era una unión entre lo físico y lo psíquico, con el paso de los años el deportista adapta su organismo y su mente , (neuronas/endorfinas) al cansancio, y solamente la evidencia biológica de que las células envejecen más rapido, nos sitúa ante la realidad de que nuestra mente nos pide ir más deprisa, pero debemos conformarnos con hacerlo más despacio... y esto por qué? ya lo hemos esbozado: podríamos llegar a realizar mejores entrenamientos, (por las adaptaciones conseguidas a través de los años), si contáramos con las células adecuadas y una capacidad de recuperación más rápida,pero esto ya vemos que biológicamente no es posible.
COMO AFRONTAR EL DÍA A DIA.
No podemos luchar contra natura. Debemos aceptar esa estabilización del rendimiento y la recuperación primero, para luego adaptarse y buscar nuevas vías. Es indispensable procurar remedios complementarios que cifraría en cuatro grandes áreas: descanso- alimentación- nuevos estímulos- fisioterapia que propicien la prolongación de nuestra vida deportiva y detengan el deterioro físico en la medida de lo posible.
En próximos posts, trataré de desarrollar todo lo expuesto, cifrando nuestro trabajo en esas cuatro grandes áreas: alimentación correcta y benéfica, que nos haga rentabilizar al máximo el entrenamiento y la recuperación, limitar el volumen de entrenamiento potenciando el descanso y por tanto la recuperación, trabajar cuidadosamente la fuerza y la flexibilidad, mejorando nuestro trabajo en este campo respecto al pasado y cuidar el "chasis" con visitas frecuentes al masajista/fisioterapeuta.
El deporte , y más en concreto en nuestro caso el triatlon, no debe desaparecer de nuestro estilo de vida activa, que debiera ser para siempre; pero solo reciclándonos y adaptándonos a los tiempos que nos toque vivir conseguiremos convertirnos en deportistas perpétuos.
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