Ausentarse. Perderse largas horas. Tal vez apagar el móvil, ó ponerlo en silencio. Disculparme si me llamáis y no lo cojo. Niza , a ocho semanas casi ya; en este tiempo que resta, habrá que intentar restañar el tibio compromiso con el entrenamiento de los últimos meses, por aquello de las escasas horas de asueto, y ... ausentarse para, al menos, entrenar con algo más de convicción y reencontrarse dignamente con La Distancia, en mayúscula. Niza aguarda, después de muchos meses ausente de ese día mágico del Ironman. Mi último acto, un día de octubre en Kona, hace ya 19 meses...
Mientras muchos compañeros ó amigos estaban en Lisboa, ó Elche, nosotros nos ausentamos. Viajamos a nuestras montañas. En las largas horas sobre la bici , el domingo, Sara y Ricardo, fueron mi compañía. Como otras veces. Y también, como tantas y tantas otras, las montañas de Gredos...









los bosques de álamos, los encinares, los tres puentes sobre el Tajo y toda Talavera abrazada al río. La mañana es fantástica y una vez coronado el monte, ascendiendo por algunas rampas de hasta el 14%, disfrutamos corriendo sobre una vereda de hierba primero descendente y luego ascendente, el antiguo camino de La Pueblanueva, transitado hace muchos años por labriegos, ganaderos , en sus caballos, mulos y carromatos y hoy visitado tan solo a veces por caminantes y corredores. Para el grupo en el que me incrusto, una hora y cuarto de entrenamiento.
Lo reconozco, hace años que no pisaba estos senderos, desde mis ya, digamos, años lejanos de corredor de fondo, y la jornada me trajo no pocos recuerdos de muy duras y largas sesiones.Las imágenes de muchos antiguos compañeros desfilaban por mi mente, algunos ya no están en el deporte y otros ni siquiera en la vida; hoy , gracias al destino ó no se qué, me veía jadeando colina arriba, años despues, y rodeado de otros muchos chicos, más jóvenes, con la misma ilusión que yo entonces y creo que, por supuesto, aún ahora.
Salud. 






