jueves, 8 de diciembre de 2011

Una vida para mejorar. No debemos olvidar...(II)

Cuando llevas casi treinta años haciendo deporte de competición, (casi sin paréntesis) a mayor ó menor intensidad, entrenando tú ó entrenando a otros, alcanzas una perspectiva que te permite al menos , gracias a los vivido y experimentado, formarte un criterio sólido acerca de la progresión deportiva, los medios y los fines.

Todo se sintentiza en una máxima a la que yo al menos trato de honrar: Toda una vida para entrenar y toda una vida para mejorar.




Las prisas , el mimetismo a la hora de seguir una planificación, (y el afán de emulación del neófito para con los confirmados) dan al traste con muchísimas carreras deportivas, tanto en atletas de cierto nivel, como en meros aficionados; algo que cualquier deportista con una vida media en cualquier modalidad de la resistencia podría constatar: tantos y tantos deportistas que pasan, con perspectivas de gloria en los apresurados comienzos, y pena y silencio en su tránsito vital, alejado a la postre del deporte de competición a mayor ó menor nivel.

En triatletas hoy, se aprecian actitudes alejadas de la realidad, apegadas exclusivamente a patrones de rendimiento y apartadas de lo esencial, que sería el inaplazable trabajo de fundamentos deportivos. Se sigue utilizando el método de , para deportistas con reducido bagaje, tomar los huevos del cesto y lanzarlos al aire y quedarse solo con los que no se rompan.




Sin fundamentos, pero con la premura del rendimiento a corto plazo,conseguiremos mejores resultados inmediatos. Y qué?? es tan verdaderamente importante el resultado a cualquier precio??


En un deporte como el triatlon, con tantas vetas de mejora, se puede seguir mejorando incluso más allá del umbral de la categoría de veteranos. Si no nos dejamos deslumbrar por lo que hacen de cara a la galería los grandes campeones, (series a tanto ó a cuánto, sesiones interminables de resistencia...) y somos empeñativos con el trabajo de condición física y técnica, (algo que los deportistas de fondo casi siempre rehuyen, y que dará un sustento adecuado a largo plazo a nuestro trabajo más específico), podremos prolongar durante décadas nuestra adhesión al entrenamiento sistemático.

No tengáis prisa y recordad... . Toda la vida haciendo deporte y toda una vida para mejorar.

10 comentarios:

Sergio González dijo...

Las prisas no son buenas consejeras, pero a veces nos ponemos nerviosos, suerte que leemos tu blog y nos quedamos más tranquilos...

Saludos

Sergio

Furacán dijo...

Estupenda entrada.

Ruben GUTI dijo...

Que razón tienes Pablo!!!!
Saludos.

Anónimo dijo...

!Qué importante esto que cuentas y que pocos lo entienden!

Carmencita

JUANLU dijo...

Como decía un profesor allá hace algunos años, "visteme despacio que tengo prisa". Cuanto de refuerzo tienen estas reflexiones que haces desde tu amplia experiencia. "TRIATLETAS" que van pasando y se van quedando en el camino. Solo los que experimentan esa pasión por el entrenamiento sin importar el resultado, los (y las) que sienten un profundo respeto por los compañeros, esos guerreros perduraran en cuerpo y mente siendo SIEMPRE TRIATLETAS.
¡¡Que gratificante resulta resulta que un compañero que ha subido un puerto mas rápido que tu, de la vuelta en la cima y regrese a buscarte!!
¡¡Cuanto de noble tiene el bajar a buscar al compañero rezagado al coronar una cima!!
Esto deberíamos introducirlo en la disciplina diaria.
Jeje, hoy es que estoy filosófico.

Pablo Cabeza dijo...

Sergio: me alegra comprobar que mi manera de ver las cosas reafirma a muchos.

Furacan: gracias.

Rubén: tú , en ti mimo, lo compruebas día a día, con tantos y tantos años en la piscina. Saludos.

Carmen: como cuesta hacer entender esto a los que empiezan y nadie mejor que tú lo sabe!

JuanLu: muchas gracias por esa parrafada moralizante!!

Y gracias a todos por los comentarios.

Nutria dijo...

¡Me lo apunto! ver que, si tengo cabeza (uh, qué apropiado :-D )y no descuido la condición física ni la técnica, puedo todavía seguir mejorando a pesar de mi edad avanzada ( >-) ) me pone de muy buen humor.

David Rodríguez García dijo...

Gran post. Qué gracia al leer "tomar los huevos del cesto y lanzarlos al aire y quedarse solo con los que no se rompan". Algo demasiado habitual, no sé si en el triatlón pero sí en el atletismo. Bien lo sabes.

Pablo Cabeza dijo...

Nutria: por supuesto!!

David: tan habitual en atletismo como lo será en triatlon en pocos años. Lamentablemente se siguen reproduciendo los errores del pasado, para mi el principal, el entrenamiento en grupo, si... recuerda las "cuadras" del atletismo, en el triatlon no eran habituales, pero cada vez más. Muchos entrenadores reproducen los errores del pasado: entrenamiento para todo el mundo igual; y ¡¡ojo!! el problema no es el contenido del entrenamiento, (tarea), eso es lo de menos a veces. Lo peligroso es la intensidad. Individualizar la intensidad es la clave!! no puede ser que los dos o tres gallitos del grupo tiren y los demás mueran por no descolgarse, y algunos entrenadores se dediquen a animar y espolear a los que se descuelgan...¡¡lamentable!!

Cada uno tiene su ritmo de entrenamiento y trabajar en intensidades adecuadas metabólicas es lo que nos hace mejorar, no perseguir. "Perseguir" nos hace mejorar a corto plazo y derrumbarnos a largo.

La labor del entrenador es hacer entender al pupilo la necesidad de trabajar en la adecuada intensidad.

tristemente, seguiremos viendo lanzar muchos huevos al aire que lamentablemente se romperán.

Un abrazo.

David Rodríguez García dijo...

Cierto. Es lamentable que eso sigua ocurriendo. La figura del entrenador debe evitarlo pero, claro está, al atleta debe confiar plenamente, que no ciegamente, en su entrenador. Si este le orienta sobre cómo debe realizar determiado trabajo por algo será, ¿no? Que se quiten de la cabeza esos "gallitos" que por entrenar más rápido correrán más. Cada cosa a su debido tiempo.

Los más patético es que eso de que algunos "entrenadores" se dedican a animar y espolear a los que se descuelgan se da con mucha frecuencia en el atletismo de élite. Así vamos...