domingo, 19 de mayo de 2013

Lanzarote, el Tiempo y la Vida

No pude celebrar mi 15º aniversario con la isla de Lanzarote corriendo el Ironman. Pero como siempre, he vuelto. La isla que tanto nos ha torturado en el pasado acaba siendo nuestra confidente siempre.



Contrastes celestes y cenizas, cautivadores, que invitan a la escucha interior. Siempre hay un tiempo para uno mismo aquí.



La prueba es la Batalla moderna por antonomasia. Los guerreros se preparan con mimo y en sus ojos se adivina, a pocos minutos de entrar en el fragor de la lucha, la intensidad del momento.



Las armas se velan desde la noche antes. Cientos de monturas torturadas en largos meses de preparación aguardan su momento álgido de protagonismo. Son armas afiladas, certeras, adaptadas a luchar con viento del océano y fuego celeste.



Navegar por aguas tormentosas, agitadas por la fuerza de los hombres y la naturaleza. Escuchar voces cercanas ó lejanas, entusiastas ó indiferentes; y sentir muy dentro el silencio, largo silencio.Esto es Ironman.Pero el epílogo habrá de dirimirse en el coliseo de Puerto del Carmen, el lugar donde la Batalla te desentraña.



La Batalla deja secuelas,y también rostros amables; quedémonos con estos últimos. Y en el futuro, entregémonos a la lid tan solo si física y mentalmente estamos dispuestos a consagrarnos a Cronos, dios del Tiempo, y entregar parte de nuestra existencia en aras de la dura contienda.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu lo has dicho, Maestro.La Batalla al final te desnuda o como acertada y graficamente dices "te desentraña".En q pocas palabras encuentras el significado más verdadero.Como se nota que lo has vivido y lo vives intensamente.Asi es.Te vi el sábado animar bici arriba y abajo por la avenida de las Playas pendiente de los tuyos.

Gracias por estas ultimas entradas tan sentidas y verdaderas.

Manu Sanchez.

JUANLU dijo...

Fuiste nuestro puntal arriba y abajo sen-sei. Recuerdo tus palabras: "hay que sufrir". El día de la batalla llegas a odiarte incluso a tí mismo pero, al día siguienthe, cuando sale el sol, el viento vuelve a susurrarte: "vuelve, aqui te espero". Un perfume embriagador se apodera de ti y de repente sabes que volverás. Tu, maestro, bien puedes saber esto. Nuestro café de rigor, nuestras conversaciones, nuestra pasión por la pureza. BRAVO a todos, GUERREROS, MAESTROS, NOVELES y PUNTALES...

Anónimo dijo...

Metefóricas palabras, preñadas de verdad. Solo unos pocos lo entienden, tú lo explicas acertadamente, aunque sea en clave, solo para los que sintonizan en el adecuado canal.

MRS