El conflicto entre estos dos hombres es
más profundo que el mero interés deportivo individual de cada uno. Más allá de la normalidad de sus batallas deportivas,chocan por sus formas de ser
opuestas . Mark es un tipo espiritual de la New Age . Medita y
presta atención a las estrellas . Entrena inteligentemente y no tiene
miedo de tomar un día libre cuando su cuerpo lo necesita . Dave es
un deportista de la antigua escuela no pain no gain . No medita. Su fuerza mental se cifra en la cantidad y calidad de sus entrenamientos.
Al igual que muchos grandes atletas ,
Dave compite mejor cuando lo hace enojado. Siente que el ser
amigo de cualquiera de sus rivales le debilitaría como competidor , por lo que , en contraste a sus coetáneos, entrena completamente solo en su ciudad natal, fuera de popularidad ó focos. . Es
Dave contra el mundo , y le gusta que sea así.
Mientras tanto , Mark entrena con
Tinley , Molina , Pigg , Souza ...en el epicentro social del triatlón :San Diego.
Como en cualquier gran rivalidad
deportiva , la enemistad se mezcla con la intimidad. En el
entrenamiento , Dave y Mark piensan el uno en el otro como objetivo .
Su sangre se calienta cada vez que sus caminos se cruzan fuera de la pista ó la carretera. Dos días antes de la prueba ,en la conferencia de prensa , no se saludaron , ni siquiera hicieron contacto visual , a pesar de estar sentados en sillas contiguas.
Mientras corren juntos ahora ,en la QueenK, cada uno percibe claramente cómo el
otro siente , si es fuerte o débil, en cualquier momento .
¿Quién es , en última instancia más
fuerte? La respuesta es indeterminada. Dave no sabe , ni Mark , ni
los espectadores que les siguen en un silencio reverente . Uno de
estos dos hombres deben pronto romper al otro en cuerpo, mente o
espíritu . ¿Quién será? No necesariamente el hombre más rápido.
La batalla que se libra ahora es acerca de la voluntad como verdadera habilidad. Estos dos hombres han empujado más profundamente que
nunca antes en el infierno del sufrimiento que se interpone entre
cada uno de ellos y su límite de rendimiento final. El ganador de esta
pelea es probable que sea el hombre será quien se atreva a empujar más
profundo . Ocho horas de carrera están culminando.
A medida que avanzan en dirección sur hacia la línea de meta en Kailua
-Kona , Dave Scott y Mark Allen están arriesgando todo, compitiendo en un único y verdadero estado de desesperación compartida, desenmascarada. Ganar a toda costa y ni siquiera pensar en la derrota.
Mark Allen había anunciado que tenía la
intención de hacer sombra a Dave Scott durante toda la carrera y luego
tratar de correr lejos de él al final . Scott decidió
contrarrestar esa estrategia compitiendo a un ritmo
extremadamente agresivo y manteniendo la presión implacablemente hasta agrietar a su rival . Estas eran las condiciones perfectas para que la competición llegara a su último extremo; estas y, además, el extraordinario nivel deportivo de ambos; como resultado, se derribaron las creencias existentes sobre los
límites de la capacidad de resistencia .
Es un minuto antes de las tres de la
tarde del 14 de octubre de 1989, y algo va a suceder....
El relato de las últimos kms. de Mark Allen es de por si revelador:
Uno de nosotros iba a conseguir doblegar la resistencia del otro. A mitad
de la maratón empecé a estar muy cansado y pensé " de nuevo igual... Scott va a ganar ... nunca voy a triunfar en esta carrera de locos. "
Me concentré tanto en tratar de mantener el
ritmo de Scott que mi mente se volvió totalmente tranquila y , en ese
momento, la imagen del viejo chamán, (aquel del que leí algo algunos días antes del Ironman ) volvió a mi mente . En aquel folleto estaba la imagen de su rostro y decía " estoy
contento de estar vivo ", y de alguna manera en aquel momento pensé en ello y recobré fuerza interior.
Me di cuenta de que era feliz por estar aqui junto a este hombre , no había nadie más . Me sentía como
si estuviera ganando energía pese a que la intensidad del duelo iba en aumento . Sabía que
podía ganar después de esos pensamientos, pero no sabía cuando materializarlo.
Cerca de dos kilómetros y medio
para finalizar, en la subida final, me alejé . Era consciente de que no había
terminado aún; en la cuesta abajo había alguna posibilidad de que
mis piernas sufrieran calambres , algo malo podría pasar, pero
luego, cuando llegué a la parte inferior de la colina y miré hacia
atrás ya no veía a Dave.
Corrí los últimos tres cuartos de
milla con la mayor sonrisa y con lágrimas de alegría que corrían por mi rostro porque había sido difícil llegar a ese momento. Había tardado mucho en llegar.
Mark Allen terminó la carrera en ocho
horas , nueve minutos y 15 segundos. Entonces fue el record de la prueba y se mantuvo así hasta 1996.
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