lunes, 27 de septiembre de 2010

Caminos que no acaban.

Si te adentras en un bosque cerrado, silencioso, misterioso, los caminos no acaban nunca.
Si apuestas por el verdadero triatlon, el que a muchos más nos gusta, la aventura nunca termina, porque los senderos del esfuerzo son un laberinto cambiante y sorprendente, de intrincado espesor por los que la luz traspasa a duras penas y convierte en verdadero descubrimiento cada jornada de competición.
Luchas no solo contra los competidores, sino contra un medio agreste, con la naturaleza más sorprendente, inquietante, cambiante; a eso lo llamamos muchos triatlon aventura, no por ello exento de competición, pero para algunos, mucho más vivificante que el otro triatlon; el litigio no es solo contra los demás competidores en liza, sino frente a la roca, la niebla, el viento e incluso la altitud...
Conviene no olvidar en este triatlon, el que como digo más nos gusta, no solo al rival, sino a las olas en forma de nubes, el vértigo en cada curva ó cada revuelta en los puertos, al corazón luchando frente a la fuerza de la tierra que nos atrae, con magnetismo irrefrenable...

La competición, en este punto, no es solo el hombre frente al hombre, sino hombre y naturaleza, en magnífica simbiosis, devueltos a la génesis de la guerra originaria.

Es esencial para nosotros ir montaña adentro en el albor de cada otoño. Solo esforzándonos en esta agreste serranía podremos, año tras año, alimentar nuestra motivación en el duro invierno para continuar renovando nuestro voto de Titanes.

Muchas gracias a Lu y a Jaime por su apoyo moral y por las fotos, que es ese gran recuerdo que siempre nos queda. Thanks.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Aquellos tiempos, estos sueños

Hace 14 años, me interesé fuertemente por el Ironman; un año después, me enamoré de la prueba, aquellas imágenes de la NBC, rescatadas por Eurosport para nosotros en las navidades de 1997, calaron muy hondo en mi. Lo cierto es que aquellas imágenes las visualicé cientos de veces y comencé a soñar con estar algún día allí ; el duelo de Zack, Hellriegell, Ken Glah era algo bello, muy grande, de proporciones homéricas... algo a lo que un amante del esfuerzo y la aventura no podía abstraerse.



Un año fue suficiente para materializar el sueño. 12 meses después, estaba allí, en un lugar del Pacífico puntual para el 20º aniversario de la prueba, y por enésima vez volvía a ver, pero ya en vivo a los mismos protagonistas del 97 y además, a los ironmanes de la primera hora: Collins, Haller... y demás mitos: Moss, Tinley ó Molina.



2010: Algunos de aquellos, los mitos en mis inicios, estarán de nuevo allí pero ya, lejos de los primeros puestos; por ejemplo, con el dorsal 32, Thomas Hellriegell, Hell on wheels, también Natasha Badmann, The Swiss Miss ambos con plaza asegurada como vencedores de la prueba. Ken Glah, The Beast from the East, uno de los triatletas más años en la élite en Hawaii, disputa un Ironman más en Kona, pero ya , a sus 47 años, como age group, (dorsal 649).

Otros, como Heather Fuhr, Jurgen Zack, Lori Bowden, Peter Reid, Chris Legh, Wendy Ingraham... protagonistas de entonces, y que alimentaron nuestros sueños, ya no estarán en el Pier tomando la salida.


A menudo es bonito recordar. Por aquellos buenos tiempos y por los nuevos, espero que mejores.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Parábola del medidor de potencia.

Todavía hay ciclistas y triatletas que desestiman la validez del uso del medidor de potencia en el ciclismo, y prefieren otros tipos de control del entrenamiento.

El desconocimiento, a menudo, lleva a pensar, (tal vez porque damos más importancia al software y a las fórmulas matemáticas farragosas que suelen destilarse en los análisis posteriores al ejercicio, que a los datos netos en si mismos), que lo del medidor de potencia es complicado. Observando y aplicando, nos daremos cuenta que es lo más sencillo del mundo, y que los complicados somos nosotros añadiendo más tecnicismos de los necesarios.

Medir intensidad de trabajo se ha hecho desde los tiempos más remotos en la historia de las técnicas de entrenamiento; medimos intensidad en el velódromo, en la pista de atletismo ó en la piscina, cronometrando tiempos. El tiempo empleado en recorrer una distancia, (metros/segundo) se traduce directamente en velocidad e intensidad de trabajo en relación a las posibilidades del sujeto, siempre que las condiciones de viento, temperatura, humedad... sean tolerables y no influyan determinantemente en el esfuerzo.

Si la velocidad, (y por tanto la intensidad), es excesiva, no llegaremos a completar la distancia requerida a una intensidad dada. Conociendo nuestros límites y aplicando, tanto en entrenamiento como en competición, la intensidad límite para la que estamos dotados, alcanzaremos nuestro máximo rendimiento.


Aplicar la intensidad óptima fue lo que hizo, en la memorable final de los 800 metros lisos de Munich 72 el atleta norteamericano Dave Wottle. Mientras sus rivales afrontaron la prueba a un ritmo más propio de una carrera de 400 metros, Wottle consciente de la necesidad de correr a su ritmo sin suicidarse, hizo el paso de los 400 lisos a 1'' de la cabeza de carrera, después de transitar por los 300 metros aún más alejado de los líderes. Así, su segundo 400, a pesar de ser ligeramente más lento que el primero , fue muchísimo más equilibrado, (de hecho fue equilibradísimo), que el de sus rivales, que pincharon alarmantemente después de correr muy rápido en la primera parte, no aplicando una intensidad realista y acorde con sus posibilidades.

Entrenar y competir a las intensidades óptimas no es nada nuevo y cuando lo hacemos en bicicleta, en recorridos ondulados y quebrados, castigados por el viento, a veces fiándonos de sensaciones subjetivas, echaremos de menos parámetros fiables que nos indiquen a qué intensidad lo hacemos, a falta de las referencias objetivas que podríamos tener en una pista de atletismo ó una piscina.

Aquellos que ignoren esta realidad, tan solo están dando ventaja a los rivales.

martes, 14 de septiembre de 2010

Buscando nuestra propia identidad

Tiene gracia. Después de tantos años de triatlon, se nos plantean cuestiones tan básicas que son de pura raigambre. Tanto hemos crecido, en tan pocos años, que lo hemos hecho de forma caótica, deslabazada, y a veces, con cimientos poco consolidados.

Esto pasa en muchas facetas de nuestro deporte; pero en esta oportunidad , quiero dar mi punto de vista sobre un aspecto que siempre , ( y más últimamente), llama poderosamente mi atención: la falta de perspectiva a la hora de afrontar un Ironman, a menudo acompañada de una falta total de respeto por las distancias y los requerimientos físicos y técnicos de la modalidad.

¿Sabemos qué significa afrontar un Ironman? muchos si lo saben, pero cada vez más triatletas llegan a la prueba, finalizan, sin haber aprendido nada en el camino, y sin ni siquiera saber que había un camino. Otros, afrontan las distancias pero con los brazos bajos y no tardan en ser noqueados por la prueba. Tal vez porque no la respetaron. El Ironman no es solo el día de la prueba. Ni las tres semanas previas. Siempre se dice que el Ironman es un estilo de vida, porque acometer esta prueba no se circunscribe tan solo al día de la competición, sino que significa vivir intensamente, disfrutar, sufrir, planificar... la vida durante meses, años ó toda la vida. El Ironman no es tan solo el día señalado, el día de la carrera es la guinda, pero el pastel es lo más apetecible.

Para buscar nuestra identidad como ironmanes, es necesario beber en las fuentes, algo que pocos, al llegar al triatlon, son conscientes de hacer. El Ironman no se condensa en una bici de carbono, el neopreno, las zapatillas último modelo ó el casco aerodinámico; tal vez eso es lo que trasciende del deportista, pero el interior debe mostrarnos mucho más. No es solo entrenar tampoco: es ser fieles a la tradición de una verdadera doctrina deportiva.

Mark Allen se preparaba en cuerpo y alma para un Ironman al año , normalmente. Hawaii. Toda su preparación giraba en torno a ello, y convertía sus entrenamientos en verdadera disciplina de vida. En las ocho últimas semanas previas a la prueba, The Grip nunca participaba en competición alguna. En esta máxima condensaba gran parte de sus opciones de victoria.

Hoy día, el calendario de competiciones es extenso y la oferta variada. Está también la tentación económica, muchas veces por migajas que nunca compensan. Así, muchos triatletas compiten en exceso antes de una gran cita, e incluso hacen ironmanes de forma consecutiva, lo que a menudo aboca a muchos a retiradas prematuras, o a ni siquiera poder acabar muchas pruebas; frecuentemente esto sucede porque ,cegados por lo que bulle a su alrededor, ni siquiera apelaron a la tradición de su deporte.

Bebamos en más fuentes. Paula Newby Frazer, ocho veces vencedora en Hawaii,preparaba minuciosamente la gran cita ; en julio y agosto se olvidaba de competiciones menores, y marchaba a Boulder, Colorado, a entrenarse en altitud; en septiembre, afrontaba las ultimas semanas de preparación en San Diego, California y solo después de esas ultimas semanas se sentía preparada para afrontar los ultimos 14días, de afinamiento y puesta a punto, tapering , como ahora se denomina de forma más concisa, utilizando el término anglosajón.
Es evidente que nuestro deporte ha cambiado. Pero a menudo , despreocupados por lo esencial, tan solo vemos lo tangible, los 226 kms. del día D. Y no es eso, ni tampoco vale todo en el Ironman. Respetemos la tradición, respetemos las distancias, respetemos la Prueba, si no queremos que el gran monstruo nos engulla.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Un guiño a Hawaii. Las claves del desafío.

Apenas 5 semanas para que llegue el momento, el cañonazo de salida para la prueba más emblemática del Planeta Triatlon.

A menudo, un escalofrío recorre mi cuerpo si soy capaz de sentir , revivir, los miles de sentimientos agolpados durante las horas más intensas de mi vida como deportista,allá en Big Island. Un año más, el primer sábado de luna llena será especial, algo así como el día de tu cumpleaños, para todos aquellos que alguna vez estuvimos allí, y, además , tenemos amigos ó conocidos que viajan hasta Kona ilusionados. A miles de kms. , ese día, podremos adivinar el brillo en sus ojos.

Todos sabemos que el Ironman , en Hawaii , es especial, diferente. No hay otra prueba en el mundo que consiga mostrar el esfuerzo humano como nos lo ofrece esta carrera; en esta prueba no hay lugar para la especulación y todos y cada uno de los atletas que alli compiten exploran sus límites, como si aquella carrera fuera, ese día, la última de sus vidas.


Hay otros IM en el mundo, pero...¿ que es lo que hace a ésta especial, diferente? Esta prueba no es comparable a nada, puedes correr en Klagenfurt, ó Roth, tal vez en Niza ó en Lanzarote y experimentar sensaciones similares. No se por qué, pero en esta atmósfera, los sentimientos no son equiparables a nada de lo anteriormente experimentado en este tipo de pruebas.

Hay otras carreras más calurosas, (Malaysia ??), otras con más colinas,(Lanzarote) y otros lugares incluso con paisajes más idílicos. Pero la Big Island es un lugar como ningún otro, y el Ironman aquí se convierte en parte de lo único. El Mauna Kea , con sus 30000 pies desde la base sumergido kilómetros y kilómetros debajo del océano, y su pico sobre el mar 13000 pies dirección al cielo. El Gran Mauna Loa, el otro volcan dormido que ayudó a crear la isla y que es la masa montañosa más grande del planeta. Sobre 10000 millas cúbicas, suficiente para albergar a cientos de Everest confortablemente. Impresiona verlo. Va a dominar toda tu estancia en la isla.Viento, calor, humedad, el sol directo, abrasador y una panda de triatletas que se convierten en finishers para demostrarse que son capaces de superar los límites que ofrece la tierra en un desafío sin parangón.


Por todo esto , más importante que el resultado al final del dia son los elementos menos tangibles, propios de la mitología y que están susurrándote en el viento, además de esos que cada uno lleva consigo, con todo lo indescriptible que esto puede llegar a ser. Energía, una fuerza de la vida que detectas salir de la tierra, una sensación de la isla mirándote y esperando el momento justo para servirte la lección más importante que vas a aprender en tu vida
¿Cualquier persona está preparada para esto?... Los blogs se llenan de kilómetros, velocidades, resultados de carreras y de totales semanales. Pero no es solo esto, no solo lo tangible..

No es solo lo palpable, porque cualquier persona ha convertido su vida en poco menos que un caos para conseguir realizar esos entrenamientos tan exigentes, las colinas inacabables a pie, el horizonte que no termina acoplado en bicicleta, series de natación agónicas, entrenamientos de sol a sol y solitarios…..Y aun así, pese a que nuestra preparación sea pulcra, nunca tendremos la respuesta acerca de cómo tenemos que trabajar sobre esas cosas tan intangibles de la isla, esas circunstancias tan etéreas e indominables , que de una u otra manera, en un momento u otro, determinarán el desenlace de nuestra prueba. Magia, poesía, pura necesidad de inspiración a cada momento .

El dia del Ironman muchos espectadores se centran sólo en el resultado. A mi entender, no comprenden la esencia del Ironman en Hawaii. La realidad es que cada uno llega a esa isla con mucho sacrificio, muchos sueños por cumplir, una historia detrás increíble, que como reza la camiseta de finisher tiene mucho de “comprensión, sabiduría, resistencia, fuerza mental, inspiración" ….


En esa carrera se juntan más que en ninguna otra del mundo las mayores historias personales, una superación impresionante de cada una de las circunstancias y problemas que cada uno de los atletas han tenido que superar para conseguir estar en esa linea de salida, por eso se dice que es la salida más emotiva del deporte mundial.Todos hemos puesto mucho de nosotros para estar allí y afrontar ese desafio. Lo más increíble del Ironman de Hawaii es eso. Hay muchos intangibles en este mundo del Ironman, cualquiera que esté en esto lo sabe.


El Ironman de Hawaii está esperándo a muchísimos triatletas, cada uno con sus particulares circunstancias, para que cada uno escriba su historia, para que realice allí su sueño y pueda vivir en paz. Hay mucha gente que no se atreve en el mundo a realizar sus sueños por miedo a cumplirlos y luego no saber que hacer en la vida.



Si alguna vez el sueño te llega, persiguelo hasta el final y solo así llegarás a conocerte y visualizar felizmente el camino recorrido.
Este post está inspirado en las sensaciones escritas de mi hermano hawaiiano, Javier García Pérez, Ironjavi, finisher en 2007.
Dedicado a Carmelo Ruiz, para que le sirva de inspiración en su sueño de volver a Big Island. Fue finisher en 2001 y parte de su alma, dicen los que lo conocen, quedó allí.