Nos gusta que nos digan que andamos por camino equivocado cuando recorremos nuestro camino.
Nos gusta, porque sabemos , tanto ellos como yo, que los que yerran son aquellos otros que siguen desorientados... así también nos sentimos reafirmados.
Ellos, mis discípulos, gustan, como yo,de ejercitarse por los caminos, las dehesas solitarias, y por supuesto, sentimos predilección por la hierba blanda, como el musgo, la mousse , donde hacemos los multisaltos ó subimos cuestas, esos lugares que solo nosotros conocemos y en los que podríamos correr descalzos hasta en invierno.
Y después de un trabajo denso, alegre, dilatado pero llevadero, rodar en bici hacia los montes cercanos, ordenadamente, sin presión de los coches ó la prisa. En carreteras solitarias, ajenas al ruido.
Hoy fue duro y me duelen las piernas aquí sentado frente al teclado. Un dulce dolor que me es familiar todos los inviernos.
Ojalá haya muchos, muchos inviernos más.
domingo, 27 de noviembre de 2011
viernes, 25 de noviembre de 2011
Una nueva temporada; no debemos olvidar...(I)
Cuantas veces hemos hablado de lo que ha cambiado nuestro deporte. Para algunos ha cambiado tanto que no lo conocen, otros piensan que ha cambiado demasiado y a peor, otros que ahora es mucho mejor que antes.
Si miro atrás, no conozco ya el triatlón que viví en mis inicios. Bueno, eso puede ser bueno y puede ser malo, pero quedémonos con lo que realmente es positivo; es decir, vivamos el presente y beneficiémonos con mentalidad positiva de lo bueno de la evolución, sin perder la perspectiva, quedándonos con lo esencial. Ser clásicos sin renunciar a la modernidad es mi máxima.Y seguir nuestro camino.
En esta serie de entradas que ahora inicio hablaré de todo eso que no debemos olvidar. Hoy me centraré en eso que ahora a muchos preocupa, el confeccionar un calendario de competiciones.
Antes, para un triatleta, (sobre todo si era de "larga") eso era anecdótico, y se preocupaba sobre todo de lo que en realidad le debe apasionar : entrenar. El triatleta es un deportista enamorado del entrenamiento, ó eso, ó no se era, (o es) triatleta. Para mi, eso sigue yendo a misa.
Ahora, la oferta de competición es tanta, incluso en España, que llegada la temporada de competición se puede estar haciendo medios ironman semana si y semana también. Algunos pierden el norte y se olvidan de que lo esencial es el entrenamiento y la planificación a medio y sobre todo largo plazo.
En media y larga distancia se deben buscar preferentemente dos competiciones importantes como pico de forma, (una a ultimos de la primavera y otra a ultimos del verano, preferentemente) y aderezar esto con algunas otras competiciones que vayan modulando el estado de forma. Pero no competir porque si semana si semana también. Adónde nos llevará esto?? al hastío, al abandono prematuro, a la desestructuración de nuestro entrenamiento; tal vez no en un plazo de dos años, y seguro que si a largo plazo.
En distancia corta, esta sería mi propuesta:
En una temporada con planificación tradicional:
Mesociclo Introductorio: de 4 a seis semanas en las que trabajamos de forma genérica.
Periodo Preparatorio General, Macrociclo 1: de 8 a 12 semanas .
Periodo Preparatorio específico, Macrociclo II: 8 a 12 semanas.
Periodo Competición, Macrociclo III, de 7 a 12 semanas.
Periodo de Transición ó descanso final de duración variable.
La duración de estos ciclos dependerá de varios factores, como inicio de los entrenamientos, características de los triatletas, etc.
Normalmente en el periodo preparatorio competir una vez cada cuatro semanas, en competiciones generales, no específicas, (una carrera a pie,ó un duatlon cross, por ejemplo), es para mi lo más correcto. Competir más es desvirtuar un poco el proceso.
En el periodo específico se puede competir tanto en competiciones generales, (carreras a pie, etc.) y también alguna específica, como algún duatlon ó triatlon de primera parte de la temporada, lo ideal una vez cada tres semanas.
Por último, en el periodo competitivo las competiciones serán específicas, (triatlon), aunque también podemos incluir alguna competición general, (travesías a nado, ciclomarchas, carreras a pie), como forma de modular el estado de forma, pero sin abusar.Podemos llegar a competir una vez cada dos semanas, aunque excepcionalmente, (no como hábito), en semanas consecutivas.
La "profesionalización" , (entre comillas y con todas las reservas), de nuestro deporte, y el aumento de la oferta de competiciones es buena, pero... no olvidemos lo que nos traemos entre manos y hacia dónde queremos ir.
Si miro atrás, no conozco ya el triatlón que viví en mis inicios. Bueno, eso puede ser bueno y puede ser malo, pero quedémonos con lo que realmente es positivo; es decir, vivamos el presente y beneficiémonos con mentalidad positiva de lo bueno de la evolución, sin perder la perspectiva, quedándonos con lo esencial. Ser clásicos sin renunciar a la modernidad es mi máxima.Y seguir nuestro camino.
En esta serie de entradas que ahora inicio hablaré de todo eso que no debemos olvidar. Hoy me centraré en eso que ahora a muchos preocupa, el confeccionar un calendario de competiciones.
Antes, para un triatleta, (sobre todo si era de "larga") eso era anecdótico, y se preocupaba sobre todo de lo que en realidad le debe apasionar : entrenar. El triatleta es un deportista enamorado del entrenamiento, ó eso, ó no se era, (o es) triatleta. Para mi, eso sigue yendo a misa.
Ahora, la oferta de competición es tanta, incluso en España, que llegada la temporada de competición se puede estar haciendo medios ironman semana si y semana también. Algunos pierden el norte y se olvidan de que lo esencial es el entrenamiento y la planificación a medio y sobre todo largo plazo.
En media y larga distancia se deben buscar preferentemente dos competiciones importantes como pico de forma, (una a ultimos de la primavera y otra a ultimos del verano, preferentemente) y aderezar esto con algunas otras competiciones que vayan modulando el estado de forma. Pero no competir porque si semana si semana también. Adónde nos llevará esto?? al hastío, al abandono prematuro, a la desestructuración de nuestro entrenamiento; tal vez no en un plazo de dos años, y seguro que si a largo plazo.
En distancia corta, esta sería mi propuesta:
En una temporada con planificación tradicional:
Mesociclo Introductorio: de 4 a seis semanas en las que trabajamos de forma genérica.
Periodo Preparatorio General, Macrociclo 1: de 8 a 12 semanas .
Periodo Preparatorio específico, Macrociclo II: 8 a 12 semanas.
Periodo Competición, Macrociclo III, de 7 a 12 semanas.
Periodo de Transición ó descanso final de duración variable.
La duración de estos ciclos dependerá de varios factores, como inicio de los entrenamientos, características de los triatletas, etc.
Normalmente en el periodo preparatorio competir una vez cada cuatro semanas, en competiciones generales, no específicas, (una carrera a pie,ó un duatlon cross, por ejemplo), es para mi lo más correcto. Competir más es desvirtuar un poco el proceso.
En el periodo específico se puede competir tanto en competiciones generales, (carreras a pie, etc.) y también alguna específica, como algún duatlon ó triatlon de primera parte de la temporada, lo ideal una vez cada tres semanas.
Por último, en el periodo competitivo las competiciones serán específicas, (triatlon), aunque también podemos incluir alguna competición general, (travesías a nado, ciclomarchas, carreras a pie), como forma de modular el estado de forma, pero sin abusar.Podemos llegar a competir una vez cada dos semanas, aunque excepcionalmente, (no como hábito), en semanas consecutivas.
La "profesionalización" , (entre comillas y con todas las reservas), de nuestro deporte, y el aumento de la oferta de competiciones es buena, pero... no olvidemos lo que nos traemos entre manos y hacia dónde queremos ir.
sábado, 12 de noviembre de 2011
Orihuela: los valientes hacen triatlon.
Todo era azul delante de aquellos ojos y era
verde hasta lo entrañable, dorado hasta muy lejos.
dentro de aquellos ojos de frágiles reflejos.
He visto días difíciles. Ventosos, pero no tan gélidos. Difíciles, pero al tiempo prometedores, no tan encadenados a un esfuerzo tan presumiblemente árido. Aún así, sonrisas, esperanzas, fuerza interior. Los triatletas asombran por su arrojo; no a mi, sino a todo un orbe deportivo.
Pasión del movimiento
la tierra es tu caballo.
Cabálgala. Domínala.
Y brotará en su casco
su piel de vida y muerte,
de sombra y luz, piafando.
Asciende. Rueda. Vuela,
creador de alba y mayo.
Galopa. Ven. Y colma
el fondo de mis brazos.
Caballos desbocados. Viento enfurecido. Inmensidad de paisajes y celajes enmarañada, turbulenta, necesitada de espíritus en lucha, alerta, decididos a empeñar todas sus fuerzas. No hubo descanso. Encontraron la razón para seguir muy dentro, en la fuerza albergada, entrañada en largos periodos de acúmulo. Las fuerzas desatadas de la Tierra no dejaron otra opción.
Claridad sin posible declinar. Suma esencia
del fulgor que ni cede ni abandona la cumbre.
Juventud. Limpidez. Claridad. Transparencia
acercando los astros más lejanos de lumbre.
Hubo empeño, hasta el final. Ni un solo momento para pensar en arrojar la toalla. Esencial pensamiento el del esfuerzo puro por nada a cambio. Nada?? Si. Tal vez un cálido y sincero abrazo en meta, una sonrisa, un gesto humano, entrañable. Nada más, ó tal vez si, mucho más. Emociones inexplicables, que puede que remuevan momentos muy genuinos en nuestro interior, que pensábamos pétreo. Si, llorar también, ¿por qué no?
Somos triatletas.
Versos de Miguel Hernández, (Orihuela, 30 de octubre de 1910 – Alicante, 28 de marzo de 1942)
jueves, 3 de noviembre de 2011
Llegó el otoño.
Tiempo de otoño, que nos ayudará a mirar hacia el interior, buscando nuestros más profundos deseos , posponiéndolos para ese momento en el que los soles vuelvan a darnos calidez.
Ay cuanto tiempo
tierra
sin otoño,
cómo
pudo vivirse!
Otra forma de disfrutar, de sentir, de percibir. Más calmada. Más pausada. Más tibia.
Albergamos los sueños que no han querido materializarse, los acogemos y los damos forma. Para cuando los soles quieran de nuevo darnos calidez.
Se respira
el cambio
de fronteras,
de la humedad al viento,
del viento a las raíces.
Algo sordo, profundo,
trabaja bajo la tierra
almacenando sueños.Tiempo de charlas, de planificación, reuniones familiares y de otro tipo, de deseos dibujados en las conciencias. Preparémonos. No bajemos la guardia, el invierno está llegando en nada.
Es duro
nuestro largo trabajo.
Vamos
a preparar la tierra
y a enseñarla
a ser madre,
a guardar las semillas
que en su vientre
van a dormir cuidadas
por dos jinetes rojos
que corren por el mundo
(Versos de Pablo Neruda. Oda al Otoño).
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