En la piscina, trabajos de técnica, (los chicos dicen que con cuatro consejillos ya sienten mejor el agua y deslizan más...) y un bloque final de 1.200 metros con trabajos a distintos ritmos para fijar sensaciones a intensidades diversas, identificándolas.
Despues del remojón, viaje hacia el interior de la isla: Subida por La Pasadilla hacia la Caldera de los Marteles, un impresionante paraje natural muy cerca del Pozo de las Nieves. Allí entre pinares y por pistas forestales empeñativas, hemos corrido un dilatado espacio de tiempo y gozado de impresionantes vistas, conociendo un poco más el corazón de Gran Canaria.
Os dejo un pequeño vídeo del lugar y momento, en tono un tanto jocoso y distendido, pero que refleja algunos momentos vividos.
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