Nos acercamos al día D. En otros posts, os había hablado de algunos de mis triatletas favoritos, ó simplemente singulares, de cara a la victoria , ó a la leyenda , en La Meca.
No disimularé que Stadler no es santo de mi devoción, pero eso es anecdótico. No es un triatleta accesible, afable, como australianos, yankees ó neozelandeses. Es serio, hermético, distante y hasta despectivo. A menudo sonrie, se hace fotos ó saluda, pero es el precio que paga por su carisma y calidad, no algo que haga con fe; eso se nota cuando lo ves día tras día cerca, en el Pier poco antes de nadar, en Alii Drive camino del Hotel, o en el Lava Java con los pies sobre la mesa.
Pese a su carácter difícil , no hay que negar la evidencia; puede que nos guste ó no que venciera en Kona en el 2004 y 2006 y ya esté casi en el Hall of Fame. No lo está,pero luchará por un hueco junto a las Leyendas de la Lava.
Pese a todo lo que digo, para mi vuelve a ser el favorito. El mejor. Con permiso de los demás cracks, pero yo apuesto por él.
Como siempre, ha montado en septiembre su campamento en San Diego, (California),como ya hacía hace años cuando comenzaba a descollar , junto a su mentor, Jurgen Zack, hoy ya retirado; Zack le enseñó los secretos para ser imbatible sobre los pedales.
San Diego es una ciudad increíble. Kilómetros de largas playas de arena blanca, en el Océano Pacífico y el clima suave y soleado invitan a relajarse. Lamentablemente, después del desayuno las vacaciones allí para Normann tocan a su fin. A las 7.30 de la mañana ya pedalea sobre su bicicleta, con temperaturas muy altas, rondando los 35º. Obviamente, ese es el tiempo perfecto para las largas y difíciles sesiones de entrenamiento. Stadler se siente cómodo en California, pese a que su rutina diaria consiste en entrenar, comer y dormir.
Entrenamientos duros , sesiones interminables que han ido bien en las últimas semanas. Stadler parece encontrarse en un gran momento, tras sus problemas de salud el año pasado que le obligaron a retirarse. Se siente preparado... os recuerdo que es mi favorito, aunque no el que más simpático me caiga, pero eso es harina de otro costal.
Hawaii, allá vamos!!